13 de febrero de 2020

La confianza hace cosas así

Mc 7, 24-30
"24 Y partiendo de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadvertido, 25 sino que, en seguida, habiendo oído hablar de él una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies. 26 Esta mujer era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio. 27 El le decía: 'Espera que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.' 28 Pero ella le respondió: 'Sí, Señor; que también los perritos comen bajo la mesa migajas de los niños.' 29 El, entonces, le dijo: 'Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija.» 30 Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido."
COMENTARIO

Es lógico pensar que en el tiempo del Hijo de Dios, cuando vino por primera vez al mundo siendo enviado por el Todopoderoso, había muchas personas que sufrían de enfermedades y los más variados sufrimientos. Y había, también, quien quería que sanaran.
Aquella madre no pedía para ella sino para su hija. Y lo hacía con la confianza de quien sabe que será curada acudiendo al médico adecuado. Pero el padecimiento no era físico sino espiritual porque estaba endemoniada. Y ella confía en el Maestro y acude ante Él.
Jesucristo, que debió reconocer en ella a quien sufre por el prójimo, no duda lo más mínimo en curar a la hija porque, además, la mujer que le pide un tal favor sabe cuál es su situación ante Él.

JESÚS, gracias por ser bueno y magnífico.

Eleuterio Fernández Guzmán

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