3 de diciembre de 2019

Los más sencillos son los más queridos por Dios

Lc 10, 21-24
"21 En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: 'Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes,y se las has revelado a pequeños. Sí,  Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. 22 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es 'el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar'. 23 Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! 24 Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron'"
COMENTARIO

Es bien cierto y verdad que muchos, a lo largo de la historia del pueblo judío, habrían querido estar presentes cuando el Mesías fuera enviado por Dios. Y es que el Creador así lo había prometido. Y eso era lo que entonces estaba pasando en la persona del Hijo de Dios.
Jesucristo sabe que su Padre, Dios Todopoderoso, no quería que aquellos que se consideraban “sabios” pero que, en el fondo, ignoraban lo más importante, conocieran mucho de lo que debía ser conocido. Y es que no debía querer que fuera tergiversada, más, la Verdad.
El caso es que, como dice Jesucristo, han sido los más sencillos, los así considerados por la sociedad, los que han alcanzado a conocer lo más importante de la Voluntad de Dios. Y es que tales personas tenían el corazón preparado para recibir el vino nuevo de la Verdad.

JESÚS, gracias por haber procurado lo mejor para los más sencillos.

Eleuterio Fernández Guzmán

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