5 de diciembre de 2019

Debemos estar más que atentos a las palabras de Jesucristo

Mt 7, 21.24-27

"No todo el que me diga: `Señor, Señor', entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
'Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.'"

COMENTARIO

Es bien cierto y verdad que muchas veces nos creemos nuestras propias teorías y, por ejemplo, creemos que basta con hacer acto de presencia espiritual para que, por tal circunstancia, todo nos vaya bien.
El Hijo de Dios lo dice con toda claridad. Nadie puede llevarse a engaño porque en Jesucristo no hay ni puede haber falsedad. El caso es que cuando habla el Hijo de Dios no podemos hacer como si dijéramos, por ejemplo, “qué bien sabe decir las cosas”. No.
En realidad, se nos exige, Él nos exige que, con sus palabras hagamos lo que debemos hacer: ponerlas en práctica, hacer de ellas una forma de ser que nos lleve al definitivo Reino de Dios. Así no seremos como el necio que construye sobre la arena del mundo.

JESÚS, gracias por ser tan claro y sencillo.

Eleuterio Fernández Guzmán

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