18 de julio de 2019

Mansedumbre y humildad



Mt 11, 28-30


“Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; = y hallaréis descanso para vuestras almas. = Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.”


COMENTARIO

Cuando Jesús viene por primera vez al mundo sabe que hay muchos de sus hermanos que no lo están pasando nada bien. Por eso se dirige, precisamente, a los que más han necesidad de hombro sobre el que apoyarse y de corazón en el que refugiarse.

Cristo nos dice que debemos acudir a él por varias razones: en primer lugar porque es necesario que aprendamos de Quien es el Hijo de Dios; en segundo lugar porque es humilde y mando y por eso mismo debemos tenerlo como ejemplo.

Lo bien cierto es que pudiera parecer que seguir al Hijo de Dios es algo difícil y no demasiado fructífero. Sin embargo nos dice él mismo que lo que pudiera parecer difícil de llevar es ligero y que su carga es suave.

JESÚS,  ayúdanos a ser mansos y humildes como tú lo eres.


Eleuterio Fernández Guzmán


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