Jn 6,30-35
“En aquel tiempo, la gente dijo a Jesús: ‘¿Qué señal haces para que
viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en
el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dio a comer’. Jesús les
respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del
cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de
Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo’. Entonces le dijeron:
‘Señor, danos siempre de ese pan’. Les dijo Jesús: ‘Yo soy el pan de la vida.
El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed’”.
COMENTARIO
Los que escuchaban a
Jesús quería saber todo sobre el Maestro, sobre su vida espiritual y sobre su
relación con Dios Padre Todopoderoso. Y continuamente le preguntan acerca de
eso que, para ellos, es verdaderamente crucial.
Jesús sabe que debe
transmitir aquello que es esencial, aquello que les puede ayudar. Lo más
importante, por eso, es que sepan que lo que le pasó a Moisés con el maná, en
el desierto, era un antecedente del Pan que alimenta para siempre.
Danos de tal pan. Ellos
saben que lo que Jesús les dice es la verdad. Por eso quieren del Pan que lleva
a la vida de eterna. Y Jesús, que es el Pan de vida, revela la verdad: es el
Pan bajado del cielo y, además, el Agua que quita la sed para siempre.
JESÚS,
ayúdanos a tenerte
como el Pan del cielo.
Eleuterio Fernández
Guzmán
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