10 de enero de 2018

Todos buscaban a Cristo

Mc 1, 29-39

“29 Cuando salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. 30 La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella.

31 Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles.

32 Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; 33 la ciudad entera estaba agolpada a la puerta.  34 Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían. 34 De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y a llí se puso a hacer oración.

36 Simón y sus compañeros fueron en su busca; 37 al encontrarle, le dicen: ‘Todos te buscan.’ 38 El les dice: ‘Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido.’ 39 Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.”


COMENTARIO

El Hijo de Dios, en el tiempo de su vida en el que predicó y llevó la Buena Noticia a los corazones de quienes quisieran escucharlo, no deja de cumplir con su misión. Y cura a la suegra de Pedro porque Pedro era su amigo.

Muchos acudían a Jesús porque habían escuchado que era un Maestro que no sólo enseñaba con autoridad sino que llevaba a cabo actos extraordinarios que todos los que los habían visto enjuiciaban como propios del Enviado del Todopoderoso.

Nos dice el texto que todos buscaban a Jesús. Y el Emmanuel lo tiene muy claro porque sabe cuál es su misión. Y dice que había venido al mundo, precisamente, para eso. Y por eso actuó como actuó.


JESÚS, gracias por haber cumplido tu misión con tanto gozo y esmero.


Eleuterio Fernández Guzmán


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