20 de enero de 2018

Jesús predicaba


Mc 3, 20-21

En aquel tiempo, Jesús volvió a casa y se aglomeró otra vez la muchedumbre de modo que no podían comer. Se enteraron sus parientes y fueron a hacerse cargo de Él, pues decían: ‘Está fuera de sí’.


COMENTARIO

De vez en cuando Jesús volvía al lugar donde había vivido muchos años. Allí todos le conocían como el hijo del carpintero. Seguramente acudía para hacer lo mismo que hacía en todos los lugares: salvar a quien debían ser salvado y anunciar la Buena Noticia.

También es más que seguro que su Madre sabía que allí había llegado porque, no lo dudamos, iría a visitarla antes que a nadie. También al resto de su familia que, por ser judía, la imaginamos compuesta por muchas personas, por muchos parientes.

El texto de este evangelio nos dicen que fueron a buscarlo allí donde se encontraba porque estaba fuera de sí. Seguramente se nos quiere decir que estaba predicando y lo hacía con tal intensidad que no parecía Jesús, aquel que había crecido en Nazaret. Y es que Dios hecho hombre parecería Quien era.


JESÚS, ayúdanos a escuchar lo que tengas que decirnos.

Eleuterio Fernández Guzmán


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