Mc
5, 22-24.35-43
"22 Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae
a sus pies, 23 y le suplica con insistencia diciendo: 'Mi hija está a punto de
morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva.'
24 Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía. 35 Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: 'Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?' 36 Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: 'No temas; solamente ten fe.' 37 Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
38 Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos. 39 Entra y les dice: '¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida.'» 40 Y se burlaban de él. Pero él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña.
41 Y tomando la mano de la niña, le dice: 'Talitá kum', que quiere decir: 'Muchacha, a ti te digo, levántate.' 42 La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor.
43 Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer."
COMENTARIO
No es poco cierto que la
fama de santidad y de poder que había atesorado el Hijo de Dios llegaba a
muchas partes. Por eso había quien se dirigía a Él porque tenía un problema muy
grave. Y tal es el caso de Jairo.
Jairo, como es de
suponer, quería mucho a su hija. Por eso acude al único que puede hacer algo
por ella. Y es que suponemos que había estado en manos de los médicos y nada
habían podido hacer por ella.
Jesús le dice a Jairo que
tenga fe. Y, seguramente, eso es lo que manifestó en su corazón porque su hija
volvió a la vida cuando ya estaba muerta. Y, en efecto, la fe la había salvado.
JESÚS,
ayúdanos a tener fe,
siempre, en Ti.
Eleuterio Fernández Guzmán
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