16 de octubre de 2017

Para nosotros no son necesarias señales

Lc 11, 29-32


“29 Habiéndose reunido la gente, comenzó a decir: ‘Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. 30 Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación.
31 La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. 32 Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.’”


COMENTARIO

El pueblo judío era muy dado a necesitar señales. Al parecer, no creían nada de lo que se les decía si no venía acompañado de alguna señal. Y eso es, según deducimos de las palabras de Jesús, lo que querían de aquel Maestro: que les diese una señal de que era el Mesías.

Seguramente, humanamente hablando, el Hijo de Dios no entendía lo que pasaba con aquellos que le escuchaban. Y es que había hecho mucho bien entre ellos. Pero ellos le piden, además, una señal. Seguro que a más de uno de sus discípulos les hubiera gustado pedir que cayera fuego del cielo…

El Hijo de Dios sabe que Él es el Mesías y que, como Jonás estuvo tres días en el estómago de una ballena, también Él iba a estar tres días muerto hasta que resucitara. Entonces muchos iban a comprender aunque, seguramente, sería demasiado tarde.


JESÚS,  ayúdanos a entenderte; ayúdanos a aceptar la voluntad de tu Padre Dios Todopoderoso.



Eleuterio Fernández Guzmán

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