Lc 8,19-21
“En
aquel tiempo, se presentaron la madre y los hermanos de Jesús donde Él estaba,
pero no podían llegar hasta Él a causa de la gente. Le anunciaron: ’Tu madre y
tus hermanos están ahí fuera y quieren verte’. Pero Él les respondió: ‘Mi madre
y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen’”.
COMENTARIO
No
es nada extraño que cuando Jesús acudía a su pueblo, Nazaret, y estaba
predicando en alguna casa, allí hubiera mucha gente. Y es que muchos querían
escuchar a aquel vecino que se había hecho tan famoso.
Como
era natural, la Madre del Hijo de Dios, y algunos de sus parientes, querrían
hablar con Él. Y es que todo el tiempo debía estar predicando y, como sabemos,
a veces no tenía tiempo ni para comer. Y van a buscarlo.
Los
que no habían acabado de comprender el mensaje de Cristo lo llaman. Viene su
familia. Pero Jesucristo, que lo tenía todo muy claro y sabía dónde estaba cada
cosa, tenía que decirlo: su madre y sus hermanos de fe son aquellos que cumplen
la voluntad de Dios. Por eso no es que desprecia a la Virgen María sino que, al
contrario, la señala como quien ha hecho la voluntad del Padre antes que nadie.
JESÚS, ayúdanos a
cumplir la voluntad de Dios.
Eleuterio
Fernández Guzmán
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