25 de septiembre de 2017

Dios todo lo sabe; nosotros no debemos ocultar nada



Lc 8, 16-18

“16 ‘Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de un lecho, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. 17 Pues nada hay oculto que no quede manifiesto, y nada secreto que no venga a ser conocido y descubierto. 18 Mirad, pues, cómo oís; porque al que tenga, se le dará; y al que no tenga, aun lo que crea tener se le quitará.’”

COMENTARIO

Lo que dice el Hijo de Dios y que recoge San Lucas en su Evangelio, tiene todo que ver con la que tenemos pero, sobre todo, con la que decimos tener. Y es que nos pone sobre la pista de qué es lo que, a tal respecto, debemos hacer y qué no debemos hacer.

Lo que no debemos hacer es ocultar nuestra fe como si nos diera vergüenza o tuviéramos miedo de mostrarla. Y es que luz, para que alumbre a quien la necesite, ha de ser puesta, digamos, a disposición de tal necesidad. Y muchos necesitan la fe aunque, a lo mejor, no lo sepan.

Pero hay algo más. Y es que dice algo enigmático sobre que se le quitará a quien no tenga… Ciertamente eso, dicho así, puede causar extrañeza. Sin embargo, deja de ser extraño si entendemos que se refiere a quien cree tener fe pero, en verdad, no la tiene por ser mera apariencia, tibieza o disimulo.

JESÚS,  ayúdanos a no ser tibios en nuestra fe.


Eleuterio Fernández Guzmán


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