Sábado III de Pascual
Jn
6,60-69
“En aquel tiempo, muchos de sus
discípulos, al oírle, dijeron: ‘Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?’.
Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les
dijo: ‘¿Esto os escandaliza? ¿Y cuándo veáis al Hijo del hombre subir adonde
estaba antes? El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las
palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros
algunos que no creen’. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los
que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: ‘Por esto os he
dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre’.
COMENTARIO
No
es poco cierto que cuando Cristo habla de cosas como comer su carne y beber su
sangre muchos se escandalicen. Eso o cuando habla de hacer determinados
sacrificios. Pero, ciertamente, hay cosas que considera Jesucristo que aún son
más difíciles de comprender.
Ciertamente,
para una mentalidad mundana, decir que la carne no sirve para nada es decir
mucho. Sin embargo, no es poco cierto que la carne acabará desapareciendo y
sólo el Espíritu prevalecerá.
Hay
algo que debieron tener en cuenta entonces y que debemos tener en cuenta ahora:
la Palabra de Cristo-Dios es la única que da validez a una vida digna de ser
vivida como hijo del Todopoderoso. Y esto sabiendo que, de todas formas, es el
Padre quien nos escoge.
JESÚS, ayúdanos aceptar tu cuerpo y tu sangre.
Eleuterio
Fernández Guzmán
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