Viernes XX del tiempo ordinario
Mt 22,34-40
“En aquel tiempo,
cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había tapado la boca a los
saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con ánimo de
ponerle a prueba: ‘Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?’. Él le
dijo: ‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con
toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es
semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos
mandamientos penden toda la Ley y los Profetas’”.
COMENTARIO
No resulta difícil pensar
que aquellos hombres que perseguían a Jesús de forma tan torpe eran pobres
hombres. Resulta que ahora quieren coger en un renuncio al Hijo de Dios al
respecto del primer Mandamiento de la Ley, precisamente, del Todopoderoso.
Jesús, como es de
imaginar, debía pensar que no acababan de entender nada de nada de lo que,
hasta entonces, había hecho y dicho en sus años de predicación. Preguntarle a
Él por eso era algo, sencillamente, ridículo. ¡Y querían ponerlo a prueba!
La contestación de Cristo
es clara: dos cosas se han de tener en cuenta en el Primer Mandamiento: el amor
a Dios y el amor al prójimo. Y eso último, seguramente, era lo que más
necesitaban aquellos que le preguntaban.
JESÚS,
ayúdanos a amar a nuestro
prójimo.
Eleuterio Fernández Guzmán
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