19 de junio de 2016

Todo lo que Cristo quiere de nosotros

Mt 7, 1-15

“No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo?  ¿O cómo vas a decir a tu hermano: Deja que te saque la brizna del ojo’, teniendo la viga en el tuyo?  Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.  ‘No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen.  ‘Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.  Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!  ‘Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. ‘Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que lo encuentran.  ‘Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.’”

COMENTARIO

Este texto del Evangelio de San Mateo es muy rico. En él Cristo nos dice cosas demasiado importantes como pasarlas por alto:

1.           No debemos juzgar como los hombres juzgan.
2.           Se nos medirá con la misma medida que nosotros midamos.
3.           ¡Cuidado con nuestros propios defectos!
4.           Debemos tener en cuenta a qué personas transmitimos la Palabra de Dios.
5.           Hay que acudir al Padre, llamar a la puerta de su corazón.
6.           En realidad, como sabemos, somos malos.
7.           Nos conviene hacer como queramos que los demás hagan con nosotros.
8.           Debemos escoger la puerta estrecha que entra en el definitivo Reino de Dios.
9.           Es difícil el camino que lleva al Padre.
10.        Es muy importante que sepamos quiénes son aquellos que se dicen profetas pero no son, sin, lobos rapaces.

No podemos decir que Jesús no se dirija a nosotros con palabras sabias y santas. Y es Dios, que quiere lo mejor para nosotros, no puede querer nada mejor para nosotros, sus hijos.

JESÚS,


Eleuterio Fernández Guzmán

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