22 de junio de 2016

Lobos y ovejas

Miércoles XII del tiempo ordinario

Mt 7,15-20

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis’”.

COMENTARIO

En este texto del evangelio del que fuera recaudador de impuestos el Hijo de Dios nos hala de una realidad que, muchas veces, obviamos: hay quien quiere engañar a los hijos de Dios y llevarlos por el camino de la perdición. Hay que tener cuidado con ellos.

Hemos de tener cuidado con aquellos que pudiera parecer lo que no son. Hipócritas que tratan de robar a Dios a sus hijos para llevarlos a la casa de Satanás. Lobos que parecen ovejas y que dan frutos malos.

Jesús, además, avisa acerca de qué se hace con aquellos que no dan el fruto que Dios espera y que no lo dan porque se han pasado al lado del Mal. Entonces, son quemados. Y sabemos que se refiere Cristo al Infierno.


JESÚS, ayúdanos a dar buen fruto, fruto bueno.



Eleuterio Fernández Guzmán

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