14 de junio de 2016

Cuidado con lo que creemos

Martes XI del tiempo ordinario

Mt 5,43-48

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial’.

COMENTARIO

La gran mayoría de personas creyentes judías en el tiempo de Jesús tenían en su corazón una serie de realidades espirituales que las tenían por buenas. No habían pensado en otra forma de hacerlas ni en tenerlas en cuenta.

Jesús, sin embargo, debe corregir muchas cosas porque no estaban de acuerdo con la voluntad de Dios que, tantas veces, parece que se alejaban demasiado de aquella que tenían el común de los mortales creyentes.

Lo de hoy tiene que ve mucho con aquello que creía tantos: sólo hay que tener en cuenta a los suyos, a los de sus familias. Sin embargo, según Cristo, eso no tenía mérito alguno porque eso también lo hacían personas que podían estar alejadas de Dios.

JESÚS,  ayúdanos a tener por buenas tus santas palabras


Eleuterio Fernández Guzmán

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