1 de enero de 2013

Tuvieron fe y acudieron


 
Lc 2, 16-21

“En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel Niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno.”

COMENTARIO

Habían sido avisados del nacimiento del Mesías los más pobres del lugar. Entre pobres había nacido y aquellos que tampoco tenían mucho eran a los que Dios había dirigido el mensaje que le llevaba el Ángel.

Los pastores no son soberbios sino humildes. Acuden al lugar que les ha indicado el enviado de Dios. Y ven al niño comprendiendo que todo lo que había escuchado en las Sagradas Escrituras se había cumplido y que el Creador había mantenido su promesa.

José y María son fieles cumplidores de la Ley de Dios y, como buenos judíos, acuden al templo para presentar a Jesús. Cumplen con la voluntad de Dios y son los primeros en hacerlo.

JESÚS,  los que acuden al lugar donde naciste eran, también, los más pobres del lugar. Aquellos pastores son imagen viva de la confianza en Dios. Y nosotros, muchas veces, justo lo contrario.



Eleuterio Fernández Guzmán


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