14 de diciembre de 2012

Creer que Cristo es Dios




Viernes II de Adviento

Mt 11,13-19

“En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: ‘¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no os habéis lamentado’. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: ‘Demonio tiene’. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras’”.


COMENTARIO

A lo largo de la historia del pueblo elegido Dios había enviado a muchos profetas para que el camino que llevaba el mismo se enderezada y no siguiera por la senda equivocada por la que iba caminando.

A muchos de tales profetas los habían matado porque no gustaba lo que decían. Si predicaban para que cambiaran, no era bueno lo que decían; si querían que cumpliesen la voluntad de Dios… tampoco era bueno lo que decía.

Juan el Bautista era otro profeta, el último del Antiguo Testamento. Tampoco gustaba mucho lo que le decía a Herodes. Pero de ninguna de las maneras era del gusto de los que le escuchaban lo que decía Jesús. Por eso lo perseguían los poderosos.


JESÚS, muchos de los que te escuchaban no querían que les dijeras lo que les decías. Eso es lo que, en muchas ocasiones, nos pasa a nosotros.






Eleuterio Fernández Guzmán


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