26 de noviembre de 2012

Lo que, de verdad, vale y sirve


Lunes XXXIV del tiempo ordinario

Lc 21,1-4

“En aquel tiempo, alzando la mirada, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: «De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir».

COMENTARIO

Es muy lógico que los seres humanos nos dejemos llevar por las apariencias. Eso, bien lo sabemos, nos procura equivocaciones no pequeñas y acabamos pensando que, en efecto, las apariencias engañan. Y eso pasó a los acompañaban aquel día a Jesús.

Dar lo a uno le sobra bien sabemos que no tiene mérito alguno. El caso es que, muchas veces, bien por ignorancia o, simplemente, porque no nos damos cuenta, no caemos en la circunstancia de que Dios ve en nuestro corazón y sabe lo que en, verdad, pensamos acerca de lo que hacemos.

Jesús sabe que aquella pobre viuda (¡viuda en aquellos tiempos!) no tiene nada e, incluso lo poco que tiene lo pone como ofrenda para Dios. Da todo lo que tiene y no lo que le sobre. Y eso es muy importante para el Creador.

JESÚS,  estaban muy equivocados aquellos que veían el exterior de los actos. Dios ve en nuestro corazón y eso hace que, en demasiadas ocasiones,  cometamos graves pecados sin darnos, incluso, cuenta de ello.



Eleuterio Fernández Guzmán



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