28 de noviembre de 2012

El Espíritu de Dios nos acompaña siempre


Miércoles XXXIV del tiempo ordinario


Lc 21,12-19

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas’”.

COMENTARIO

El futuro que, casi, promete Jesús a los suyos no es muy edificante porque no es nada bueno humanamente hablando: encarcelados se verán y ante los poderosos del mundo para ser interrogados por su fe. Sin embargo, siempre hay esperanza.

Dios, a través de su Espíritu, siempre está con aquellos que creen en él. Será, precisamente, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad la que echará una mano en los momentos difícil. Nada se podrá contra la palabra que sale de Dios y, por eso mismo, no hay que abandonar la confianza en el Creador.

Todo está asegurado. Lo dice Cristo. Basta con creer en Él y con hacer la voluntad de Dios. La perseverancia aquí, como cuando se emplea para algo bueno y benéfico, también nos garantizará la vida eterna. Y Jesús así nos lo dice.

JESÚS, a pesar de todo lo que nos pueda acaecer en nuestra existencia en este valle de lágrimas, siempre contamos con tu Espíritu que nunca nos abandona. Nosotros, sin embargo, en demasiadas ocasiones, hacemos caso omiso de sus inspiraciones.




Eleuterio Fernández Guzmán


No hay comentarios:

Publicar un comentario