16 de mayo de 2012

La labor del Espíritu Santo


  
Jn 16, 12-15

“En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: ‘Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros’".

COMENTARIO

La labor de Cristo en el mundo, para lo que había venido y entregado su vida en una terrible muerte, no terminaba, precisamente, con aquella sangre vertida por la salvación del mundo sino que iba más allá.

El Paráclito, el Defensor, el Espíritu Santo, tenía que ser enviado al mundo para guiar al mundo hacia el definitivo Reino de Dios y hacerlo por el camino recto, sin equivocación alguna y para inspirar, con sus mociones, el devenir del ser humano.

El Espíritu Santo da gloria a Jesús y, así, a Dios mismo porque forma parte de la Santísima Trinidad. Lo que ha recibido de Cristo lo transmite al mundo con la única condición de ser aceptado y creído.



JESÚS, enviaste al Espíritu Santo para que diera testimonio de Ti y para que fuera nuestro acompañante, con sus mociones, hacia Dios mismo. Por eso te debe entristecer que, muchas veces, hagamos como que no lo escuchamos.



Eleuterio Fernández Guzmán

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