4 de octubre de 2024

¡Rechazar a Dios!

Lc 10, 13-16


"Jesús dijo:
¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza. Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. El que los escucha a ustedes me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes me rechaza a mí; y el que me rechaza rechaza a Aquél que me envió."


COMENTARIO 

El Hijo de Dios, que había venido al mundo para que el mundo se salvase, no podía dejar de extrañarse de que muchos de los que veían lo que hacía y decía no creyesen en lo que hacía y decía. Y es que, aunque conociera la naturaleza del hombre, era para preocupar que, viendo lo que veían, siguieran en sus trece de no creerlo. 

El caso es que entonces había (y ahora) algo muy importante y que era que rechazar a Jesucristo no era rechazar las enseñanzas de un hombre cualquiera. No. Rechazar a Cristo era hacer con Dios mismo pues Él era Dios hecho hombre. ¡Rechazar a Dios!

Es cierto que eso es tan grave que no es necesario decir nada más...

JESÚS,  gracias por enseñarnos que nunca hay que rechazar a Dios. 

Eleuterio Fernández Guzmán 

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