5 de septiembre de 2023

El poder de Dios

Lc 4, 31.37


"Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y enseñaba los sábados. Y todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad.

En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu de un demonio impuro; y comenzó a gritar con fuerza: '¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios'.

Pero Jesús lo increpó, diciendo: 'Cállate y sal de este hombre'. El demonio salió de él, arrojándolo al suelo en medio de todos, sin hacerle ningún daño. El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: '¿Qué tiene su palabra? ¡Manda con autoridad y poder a los espíritus impuros, y ellos salen!'

Y su fama se extendía por todas partes en aquella región."

COMENTARIO

Es cierto y verdad que cuando el Hijo de Dios predicaba y enseñaba con su Palabra, había muchas personas que sabían que en aquel hombre había algo más que un simple hombre. Y es que, como aquí mismo se dice, enseñaba con autoridad. 

Jesucristo, además, como había venido al mundo a salvar a los que necesitaba salvación, no dejaba pasar oportunidad alguna para mostrar que quería hacer eso. Y por eso mismo salva al hombre que estaba poseído.

Tampoco nos extraña que se dieran cuenta todos los presentes de que cuando alguien ordena a un demonio que salga de una persona y el demonio reconoce que Quien se lo ordena es el Santo de Dios... en realidad, poco más había que decir.


JESÚS, gracias por mostrar, con tu Palabra y tus actos, tu bondad y misericordia. 

Eleuterio Fernández Guzmán

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