Jn 14, 1-16
“1 ‘No se
turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. 2 En la casa de mi
Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos
un lugar. 3 Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré
conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. 4 Y adonde yo voy
sabéis el camino.’ 5 Le dice Tomás: ‘Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo
podemos saber el camino?’ 6 Le dice Jesús: ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la
Vida. Nadie va al Padre sino por mí.”
COMENTARIO
Lo que dice Cristo en este texto del
Evangelio de San Juan es crucial y esencial para nuestra fe. Y es que nos dice,
por ejemplo, que no debemos estar turbados. Lo que debemos hacer es creer en
Dios y en su voluntad de cara a nosotros que es puramente misericordiosa.
La misericordia de Dios se manifiesta en
su Hijo Jesucristo. Y es que nuestro hermano, el Emmanuel, se fue al Cielo a
prepararnos un lugar para cuando vayamos junto a Él. Es más, será el mismo
Cristo cuando, en su Parusía, nos lleve al Definitivo Reino de Dios.
Tomás, que bien ganado tenía el apellido
de incrédulo, ese el que no sabe. Por eso Cristo se ve en la obligación de
decir las tres cosas más importantes que debemos saber: el Hijo de Dios es el
camino, es la Verdad y es la Vida… por demás, eterna.
JESÚS, ayúdanos a creer en que eres la Verdad, que eres la
Vida y que eres el Camino para la que es eterna.
Eleuterio Fernández Guzmán
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