25 de agosto de 2022

Estar preparados

Mt 24, 42-51



Jesús habló diciendo:

‘Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor. Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.


¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno? Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar encuentre ocupado en este trabajo. Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes. Pero si es un mal servidor que piensa: ‘Mi señor tardará’, y se dedica a golpear a sus compañeros, a comer y a beber con los borrachos, su señor llegará el día y la hora menos pensada, y lo castigará. Entonces él correrá la misma suerte que los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.’”



COMENTARIO


A lo largo de todo el Nuevo Testamento no son pocas las ocasiones en las que el Hijo de Dios dice algo parecido a lo que hoy nos trae el Evangelio de San Mateo. Y es que estamos seguros que quería que supiéramos a qué se refería.

Debemos estar no sólo preparados sino, además, prevenidos. Y es que no es lo mismo estar preparado que estar al tanto de lo que sucede. Y por eso tanto debemos hacer una cosa como la otra.

Debemos tener el alma limpia para cuando seamos llamados por el Todopoderoso a comparecer ante su Tribunal. Pero, además, no debemos hacer como si eso no fuera a suceder nunca sino que, al contrario, bien sabemos que siempre debemos estar prevenidos. Es, además, algo que recalca mucho Jesucristo en otras muchas ocasiones.



JESÚS, gracias por advertirnos tantas veces acerca de aquello que nos conviene saber.


Eleuterio Fernández Guzmán

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