4 de marzo de 2021

Convencerse de Dios

Lc 16, 19-25.27-31


"19 'Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. 20 Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, 21 deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico... pero hasta los perros venían y le lamían las llagas. 22 Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. 23 'Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Y, gritando, dijo: 'Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.' 25 Pero Abraham le dijo: 'Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. 27 'Replicó: “Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento.' 29 Díjole Abraham: 'Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan.' 30 El dijo: 'No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán. 31 Le contestó: 'Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite.'”


COMENTARIO

No podemos negar que estos textos del Evangelio de San Lucas son una cruda y exacta advertencia de Cristo. Es decir, no están dichos por el Hijo de Dios sin razón alguna sino para que los tengamos en cuenta y los llevemos a nuestra existencia.

El caso de Lázaro y el que llamamos Epulón (sin tener nombre en el Evangelio) es síntoma de no haber comprendido que después de esta vida hay otra y que dura para siempre pero, sobre todo y sobre esto, que lo que hagamos aquí tiene su realidad en la vida eterna…

Y, por último, otra cosa de parte de Cristo. Deja deslizar algo que es, en sí mismo, más que terrible. Y es que, a pesar de lo que iba a pasar con su propia persona, que moriría y resucitaría, hay quien ni con eso se convence de la Verdad.


JESÚS, gracias por ponernos sobre el aviso de qué debemos hacer en este mundo y en esta vida.



Eleuterio Fernández Guzmán

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