Lc 5, 1a.3-11
"1 Estaba él a la orilla del lago Genesaret.
3 Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre. 4 Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: 'Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.' 5 Simón le respondió: 'Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes.' 6 Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse. 7 Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían. 8 Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: 'Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.' 9 Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado. 10 Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.» 11 Llevaron a tierra' las barcas y, dejándolo todo, le siguieron."
COMENTARIO
Podemos decir que, otra vez, Pedro se da cuenta de que es un pecador. El caso es que nos extraña que sea así porque le dice a Jesucristo que, como dice el Maestro que echen en determinado lado las redes, allí las echa. Y es que es casi seguro que, en un primer momento dudara de la eficacia del consejo del Hijo de Dios.
Bogar mar adentro y echar las redes para pescar. Estas expresiones tendrán su pleno sentido en cuanto Jesucristo les dice que van a ser pescadores, sí, pero no de peces sino de hombres.
Podemos imaginar la extrañeza de aquellos rudos hombres, acostumbrados a pasar calor o frió en busca de la pesca. Y, sin embargo, nada mas verdad que aquello de que iban a ser pescadores de hombres porque lo fueron.
JESÚS, gracias por escoger a sus discípulos para Apóstoles.
Eleuterio Fernández Guzmán
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