31 de agosto de 2020

Saber mantenerse firme en la misión a cumplir


Lc 4, 16-22.24-27.29b-30

“16 Vino a Nazaret, donde se había criado, y, según costumbre, entró el día de sábado en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. 17 Le entregaron un libro del profeta Isaías, y, desenrollándolo, dio con el pasaje donde está escrito: 18 ‘El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ungió para evangelizar a los pobres; me envió a predicar a los cautivos la libertad, a los ciegos la recuperación de la vista; para poner en libertad a los oprimidos, 19 para anunciar un año de gracias del Señor’.

20 Y enrollando el libro, se lo devolvió al servidor y se sentó. Los ojos de cuantos había en la sinagoga estaban fijos en Él. 21 Comenzó a decirles: Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír. 22 Todos le aprobaban, maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, decían: ¿No es éste el hijo de José? 24 Él les dijo: En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. 25 Pero en verdad os digo también que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses y sobrevino una gran hambre en toda la tierra, 26 y a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a Sarepta de Sidón, a una mujer viuda. 27Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue limpiado, sino el sirio Naamán.

(Al oír esto) 29b y le llevaron a la cima del monte sobre el cual está edificada su ciudad, para precipitarle de allí; 30 pero Él, atravesando por medio de ellos, se fue.”


COMENTARIO

Hace falta ser muy alejado de Dios para querer despeñar a alguien sólo porque no pensara como aquellos que lo quieren despeñar. Y eso es lo que pasa en este pasaje con el Hijo de Dios: como es del gusto de los que oyen (de muchos, seguramente) lo que oyen lo primero que se les ocurre es matar a Cristo.

En realidad, lo que dice Jesucristo es que Dios lo es de todos y no sólo del pueblo elegido, el judío. Y eso no debió gustar a los que se creían en la posesión, no sólo de la verdad, sino del mismo amor de Dios, celosos de que el Creador amara a otros que no fueran ellos.

Jesucristo, sin embargo, que conoce más que bien la Voluntad de su Padre (porque es Él hecho hombre) sabe que lo que dice es verdad y que debe salir de allí porque, de otra manera, hasta es posible que lo maten antes de tiempo y aún no ha llegado su hora.



JESÚS,  gracias por mantenerte firme en su misión.

Eleuterio Fernández Guzmán

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