27 de julio de 2020

Semillas y levadura; así debemos ser

Mt 13, 24-43

“Otra parábola les propuso: ‘El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas’.

Les dijo otra parábola: ‘El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo’. 


Todo esto dijo Jesús en parábolas a la gente, y nada les hablaba sin parábolas, para que se cumpliese el oráculo del profeta: ‘Abriré en parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo’. 

COMENTARIO

No podemos negar que Jesús lo dice todo con una claridad meridiana. Y en este texto del Evangelio de San Mateo se refiere, más que nada, a la vida tras la muerte y a qué sucederá cuando vuelva al mundo a juzgar a vivos y a muertos.

Las parábolas del Hijo de Dios nos sirven mucho para comprender la voluntad de Dios. Y es que en ellas se refleja qué es lo que, para el Todopoderoso, debemos tener en cuenta y no olvidar nunca porque proviene, lo bueno, de su santa voluntad y de su corazón santo.

Semillas y levadura. Ambas del mundo de la naturaleza y que nos dicen mucho si las relacionamos con el Reino de Dios. Ahora bien, las debemos tomar más que en serio porque, de otra forma, nos equivocaremos más de una vez y más de dos.

JESÚS,  ayúdanos a comprender la voluntad de Dios.


Eleuterio Fernández Guzmán


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