Mt, 19, 27-29
27 Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo: ‘Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué recibiremos, pues?’
28 Jesús les dijo: ‘Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
29 Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredara vida eterna.”
COMENTARIO
Poco antes, en este conversación, el Hijo de Dios había dicho eso del camello que no puede pasar por el ojo de una aguja y que así de difícil es para el hombre salvarse. Y no nos extraña que sus Apóstoles se preguntaran acerca de eso, de quién, entonces, podrá salvarse.
Jesucristo, que los conoce a la perfección, sabe que debe consolar los corazones de aquellos que van a ser sus ojos y su corazón en el mundo cuando se vaya a la Casa del Padre. Y los consuela con la verdad.
Todo el que sigue a Cristo obtiene mucho más de lo que ha dejado. Y es que las cosas de Dios, y del espíritu, no son como las del mundo sino, con sus propias características, tienen más que ven con la realidad del alma y eso, como se puede comprender, es algo más que mucho porque el alma es la única parte del ser humano que sobrevive a la muerte.
JESUS, gracias por darnos esperanza.
Eleuterio Fernández Guzmán
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