Lc 9, 18-22
"18 Y sucedió que mientras él estaba orando a solas, se hallaban con él los discípulos y él les preguntó: '¿Quién dice la gente que soy yo?' 19 Ellos respondieron: 'Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado'. 20 Les dijo: 'Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?' Pedro le contestó: 'El Cristo de Dios'. 21 Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie. 22 Dijo: 'El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día'",
COMENTARIO
Es claro que el Hijo de Dios, según veía que se comportaban aquellos que se le habían entregado por parte de su Padre del Cielo, podía intuir por dónde iban las cosas en lo tocante a su persona. Pero quiere saber de boca de sus Apóstoles.
Pedro sabe que aquel Maestro no es un maestro más sino que es el Mesías, el enviado de Dios. Y no será Cristo quien desmienta eso porque sabe perfectamente que lo es. Lo único que debe hacer, ahora, es poner las cartas sobre la mesa para que todos entiendan y, entendiendo, crean.
Podemos imaginar la cara de aquellos que le escuchaban cuando les dijo, así, sin anestesia siquiera, cuál era su futuro. Sabemos, nosotros sí lo sabemos, que fue el que, exactamente, estaba describiendo y que recoge este Evangelio de San Lucas, aquí mismo traído. Pero ellos, seguramente, no durmieron bien aquella noche.
JESÚS, gracias por ser franco al respecto de Ti.
Eleuterio Fernández Guzmán
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