Mt 25, 14-25.27-28
"14 'Es también como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: 15 a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. 16 Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. 17 Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. 18 En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. 19 Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. 20 Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: 'Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado.' 21 Su señor le dijo: '¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.' 22 Llegándose también el de los dos talentos dijo: 'Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado. 23 Su señor le dijo: '¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.' 24 Llegándose también el que había recibido un talento dijo: 'Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. 25 Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo.' 27 debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. 28 Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos."
COMENTARIO
Es difícil negar que la llamada “Parábola de los talentos” no se pueda aplicar a la vida común de los hijos de Dios. Y es que, por decirlo de alguna manera, a todos sus hijos el Todopoderoso entrega una serie de talentos, de gracias y/o de bienes espirituales que quiere sean aprovechados.
Ante una donación tal y en caso de darse cuenta de la misma (no siempre resulta fácil hacer eso) no es poco lo que se puede hacer. Pero, en general, todo depende de la voluntad espiritual que cada uno tenga a tal respecto. Y de eso, como suele decirse, hay de todo en la viña del Señor.
El texto bíblico que corresponde al día de hoy recoge dos actitudes generales: la de aquellos que han hecho rendir sus talentos y la de quien no ha querido, por miedo o por lo que sea. Y el caso es que se repite lo que Jesucristo dice otras veces acerca de que a quien tiene, aún no poco, se le quitará.
JESÚS, gracias por darnos a entender que es muy necesario hacer rendir los talentos, gracias y bienes espirituales que Dios nos ha dado.
Eleuterio Fernández Guzmán
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