Lc 21, 1-4
“1
Alzando la mirada, vió a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del
Tesoro; 2 vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, 3 y
dijo: ‘De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. 4 Porque
todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado
de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir’”.
COMENTARIO
Este
texto del Evangelio de San Lucas aparece en diferentes momentos del Año Litúrgico.
Tiene, sin embargo, el mismo significado que tiene todo que ver con la forma en
que, a veces, vemos las cosas del espíritu y, sobre todo, relacionadas con la
Voluntad de Dios. Y es aquella viuda (pensemos en la situación de la mujer que
quedaba viuda y sin nadie que echara una mano) no tenía mucho. En realidad, no
tenía más que aquello que había echado en el lugar donde se depositaban las
limosnas. Y aquello le hace decir al Hijo de Dios que una mujer así, en
aquellas circunstancias de vida, había echado mucho más que el rico que, de
manera grandilocuente hacia lo propio pero con lo que le sobraba. Y aquella
debía ser una lección que no deberían olvidar nunca: a Dios le importa la
verdad del corazón y no la mera, simple y falsa, tantas veces, apariencia.
JESÚS, ayúdanos
a ser desprendidos con lo nuestro.
Eleuterio Fernández Guzmán
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