Día 15
1. Oración inicial
Oh Corazón Sagrado de Cristo, tierno frente a la
dureza de los corazones de tus hermanos los hombres, triturado por aquello que
más daño hace al Hijo; ayúdanos a soñar, siquiera, con alcanzar la ternura de
tu sangre y la vigencia de su santo Amor en nosotros. Amén.
2. Cita
“Reinará por fin el divino Corazón, a pesar
de los que a ello querrán oponerse. Satanás quedará confuso con todos sus partidarios.
¡Dichosos aquellos de quienes será servido para establecer
su imperio! Paréceme que Él es semejante a un rey que no piensa
en dar sus recompensas mientras va haciendo sus conquistas y triunfando de sus
enemigos, pero sí cuando reine victorioso en
su trono. El adorable Corazón de Jesús quiere establecer su reinado de amor en
todos los
corazones y destruir y arruinar el de Satanás”.
Carta de Santa Margarita María de Alacoque, 1690.
3. Reflexión
Si hay algo fundamental sin lo cual no se
entiende la misión encomendada a Cristo por parte de Dios es la Caridad. Es
decir, el Amor, que es el Creador que quiso que la Segunda Persona de la
Santísima Trinidad se hiciera presente en el mundo para que la principal Ley de
su Reino, el Amor, rigiera, de verdad, en la Tierra.
Sin embargo, el ser humano, ni entonces ni desde
entonces ni ahora mismo, por su naturaleza pecadora, parece que sea capaz de
entender lo que supone amar al prójimo. Es más, si tenemos en cuenta que el
primer homicidio lo cometió Caín en su hermano Abel y que eran los hombres que
nacieron de Adán y Eva, es fácil entender que parece que la cosa no tenga
remedio. El odio ha podido, a pesar de las expresas indicaciones de Cristo
(“Amaos los unos a los otros como yo os he amado”, dijo) acerca de aquello en
lo que no debemos caer. Y es que la Caridad es lo que, según San Pablo,
prevalece en el definitivo Reino de Dios.
4. Nos proponemos hoy
-Propongámonos que el amor sea el que guíe
nuestro proceder en nuestra vida ordinaria; que se enseñoree de nuestro corazón
y nos haga proceder según la misericordiosa voluntad de Dios.
-Propongámonos que el odio no guíe nuestros
pasos, que no domine nuestras acciones y que no sea el eje sobre el que gire
una vida, así, tan alejada de Dios.
5. Oración final
Oh Corazón Santísimo de Jesús, derrama
copiosamente tus bendiciones sobre la Santa Iglesia, sobre el Soberano
Pontífice y sobre todo el Clero.
6. Jaculatoria para hoy
Dulce
corazón de mí Jesús, haz que te ame siempre más y más.
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