Mt 10, 17-22
“17 Guardaos de los
hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; 18
y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis
testimonio ante ellos y ante los gentiles. 19 Mas cuando os entreguen, no os
preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os
comunicará en aquel momento. 20 Porque no seréis vosotros los que hablaréis,
sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. 21 ‘Entregará a
la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y
los matarán. 22 Y seréis odiados de
todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se
salvará.”
COMENTARIO
Lo
que dice aquí el Hijo de Dios es terrible porque supone una verdadera guerra
civil espiritual. Y es que cuando dice lo que dice no lo hace como quien dijera
lo que se antoja. No. Jesucristo sabe lo que va a pasar porque conoce a sus
contemporáneos.
En
su predicación, Jesucristo había dicho que el Espíritu Santo era una Persona
más que importante. Ahora, junto con aquello que diría acerca de que eran
bienaventurados los que fueran perseguidos en su nombre, que el Espíritu Santo
va a ayudar a los hijos de Dios, deja sentado el auxilio que iba a prestar a la
humanidad el que era de Dios Padre.
Pero
había algo más. La persecución de los hijos de Dios lo ha de ser no sólo por
sus enemigos espirituales sino por la propia familia de los discípulos del Hijo
de Dios. Sin embargo, quien no se deje vencer por el Mal vencerá.
JESÚS, gracias por haber venido al mundo a
salvarnos.
Eleuterio Fernández Guzmán
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