14 de noviembre de 2017

Saber quiénes somos

Lc 17,7-10



"En aquel tiempo, el Señor dijo: '¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: ‘Pasa al momento y ponte a la mesa?’. ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?’. ¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: ‘Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer’".


COMENTARIO

Para el ser humano, digamos, sin fe, la posición que ocupa en el mundo tiene mucho que ver con lo que es y lo que se dice de él que es. Poco tiene que ver su relación con Dios en quien no cree.

Jesús, sin embargo, sabe que el ser humano, más aún el judío de su tiempo, tiene una estrecha relación con Dios. Sabe, por tanto, que todo lo que tenga que ver con el Creador le sirve y le viene muy bien para situarse en el mundo.

Jesús también sabe, sin embargo, que nada somos ante Dios y que, como hijos suyos, le debemos respeto y tener en cuenta lo que eso significa con relación a nuestra vida ordinaria. Y nos llama siervos inútiles… ¡y lo somos!
JESÚS, ayúdanos a darnos cuenta de que somos, en efecto, siervos inútiles.




Eleuterio Fernández Guzmán

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