Lc,
1, 26-28
“26 Al sexto mes fue
enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27
a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el
nombre de la virgen era María. 28 Y entrando, le dijo: ‘Alégrate, llena de
gracia, el Señor está contigo.’”
COMENTARIO
El Ángel Gabriel, enviado
de Dios a una aldea de Israel, debía estar algo nervioso. Y es que la misión
que debía cumplir no es que fuera difícil sino que se le escapaba de las manos.
Era la joven a la que se dirigía la que debía decidir.
Aquella joven, apenas
poco más de diez años, era fiel a Dios Todopoderoso. Oraba con intensidad
pidiendo la salvación del pueblo elegido por el Creador. Se entregaba, por eso
mismo, a la oración con ansia y perseverancia. Ella esperaba…
Cuando Gabriel se le
presenta en aquella casa de Nazaret debió encontrarla rezando. Lo que le dice
no podemos pensar que no fuera recibido con extrañeza por María. Sin embargo,
aquel “llena de gracia” era mucho y suponía más que mucho.
JESÚS,
ayúdanos a amarte
como te amaba tu Madre.
Eleuterio Fernández
Guzmán
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