25 de octubre de 2016

Lo pequeño que es grande


Martes XXX del tiempo Ordinario
Lc 13,18-21
“En aquel tiempo, Jesús decía: ‘¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas». Dijo también: ‘¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.’”

COMENTARIO

Cuando el Hijo de Dios da ejemplos los da para que se conozca lo profunda que puede llegar a ser la fe partiendo de lo simple.  Y es que era la mejor forma, seguramente la única, de que fuese entendido quien había venido a hacer, precisamente, eso.

Ahora Jesucristo habla de la fe, de lo que supone el Reino de Dios para los hijos del Todopoderoso. Y es que no hay nada mejor que tratar de dar a entender las cosas de la espiritualidad de los hijos de Dios sabiendo que las cosas no tienen que ser grandilocuentes.

El Reino de Dios, o lo que es lo mismo, Dios mismo, es pequeño en el sentido de que, en cuanto fe, entra en el corazón de sus hijos de forma que, si allí queda y fructifica, da gran fruto en el mismo.


JESÚS, ayúdanos a comprender la sencillez profunda de la fe




Eleuterio Fernández Guzmán

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