16 de septiembre de 2016

Iba por el mundo predicando


Viernes XXIV del tiempo ordinario


Lc 8,1-3

En aquel tiempo, Jesús iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.”

COMENTARIO

La labor que Jesús había venido a llevar a cabo en el mundo, mandato de Dios, tenía todo que ver con la posibilidad real de que el ser humano se salvase y alcanzase la vida eterna. Para eso debía predicar acerca de eso.

La predicación de Jesús la hizo el Maestro de pueblo en pueblo. Entonces la forma de comunicarse era, más que nada, a pie. Eso fue lo que hizo. Proclamaba la Palabra de Dios y lo que era fundamental: la salvación ha llegado y la Buena Nueva era, precisamente, que Él era el Reino.

Jesús no iba solo. Es de entender que, además de las muchas persona que podían seguirlo y buscarlo, había un grupo que era, digamos, más cercano a Cristo. Y entre el aquel grupo había un de mujeres que, con el paso del tiempo, demostraron que eran, muchas veces, las que más fe tenían.


JESÚS, ayúdanos a aceptar la Buena Noticia, la Palabra de Dios



Eleuterio Fernández Guzmán

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