23 de agosto de 2016

No ser hipócritas


Martes XXI del tiempo ordinario
Mt 23,23-26
En aquel tiempo, Jesús dijo: ‘¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña y codicia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!’”.

COMENTARIO                

Seguramente, muchos de los que perseguían a Jesús creían que lo estaban haciendo bien. Ellos creían que seguían la Ley de Dios cuando, en realidad, nada de eso estaban cumpliendo y el Hijo de Dios se lo hace ver.

Los guías espirituales del pueblo judío son llamados hipócritas. Eso era ponerlos a los pies de los caballos si el pueblo acababa por entender que aquellas palabras del Maestro eran justas. Y los llama ciegos porque no se daban cuenta del daño que estaban haciendo con su actitud.

Lo que Jesús les dice es que, antes de querer hacer ver a los demás qué es lo que deben hacer, se purifiquen por dentro. El corazón debían cambiarlo y convertirlo a la Ley de Dios verdadera y no a la que ellos tenían por verdadera.

JESUS, ayúdanos a no ser hipócritas con nuestra fe.

Eleuterio Fernández Guzmán

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