1 de agosto de 2014

Reconocer, en Cristo, al Mesías


Viernes XVII del tiempo ordinario

Mt 13,54-58

En aquel tiempo, Jesús viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: '¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?'. Y se escandalizaban a causa de Él. Mas Jesús les dijo: 'Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio'. Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe”.


COMENTARIO

No era nada extraño que Jesús fuera, y seguro que lo hizo muchas veces, a Nazaret, donde había vivido la gran mayoría de los años de su vida terrena. Tampoco era extraño que predicada allí mismo, en sus calles e, incluso, en la sinagoga.

Sin embargo, había muchos que no comprendían cómo era posible que quien tanto conocían fuera un predicador afamado por su forma de transmitir la Palabra de Dios. Miraban, sólo, el linaje humano sin darse cuenta de la procedencia divina de aquel hombre, el hijo del carpintero y de María.

Sin embargo, Jesús sabía que, al igual que antes habían hecho los antepasados de aquellos que eso decían con otros profetas, lo mismo iban a procurar hacer con Él. Y es que la cercanía a la persona, a veces, puede distorsionar la visión que se tiene de la misma, su verdadera realidad.


JESÚS, los que te conocen no te aprecian. Ayúdanos a no ser como aquellos que, en realidad, sabían muy poco de tu ser Hijo de Dios.

Eleuterio Fernández Guzmán


No hay comentarios:

Publicar un comentario