3 de enero de 2014

El Cordero de Dios presentado por Juan




Jn 1,29-34

“Al día siguiente Juan ve a Jesús venir hacia él y dice: ‘He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es por quien yo dije: ‘Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo’. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo: ‘He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre Él. Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo’. Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios’”.

COMENTARIO

Juan se ha dado cuenta de que Jesús es el Enviado de  Dios, aquel Cordero que, luego, será llevado al matadero. Por eso lo presenta como Quien es y no como aquel hombre, de nombre Jesús que, además, es primo suyo por parte de madre.

Dice Juan que Jesús existía antes que él. Eso, dicho con pensamiento humano, no podría ser posible porque el Bautista nació unos meses antes que el hijo de María. Sin embargo, si hablamos de eternidad y de creación se entiende que, en efecto, el Emmanuel ha estado siempre desde siempre y, por tanto, mucho antes que el Bautista.

Da, también, una pista, sobre Quien le envió a bautizar. Dios mismo le dice lo que ha de pasar y que será de tal forma la que deberá tener en cuenta para identificar a Jesús. Por eso, cuando el Espíritu Santo se posa sobre Jesús sabe que, en efecto, es el Enviado de Dios.


JESÚS, tu primo Juan cumple con la misión que tenía encomendada. Ayúdanos a tenerlo siempre presente en nuestra vida y a no olvidar lo que dijo acerca de enderezar los caminos del Señor.





Eleuterio Fernández Guzmán



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