20 de septiembre de 2013

Seguir a Cristo





Viernes XXIV del tiempo ordinario

Lc 8,1-3

En aquel tiempo, Jesús iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.”

COMENTARIO

Jesús seguía cumpliendo con la misión que le había encomendado su Padre, Dios Todopoderoso. Por eso recorría aquellos pueblos o ciudades que, entonces, necesitaban recibir la Buena Noticia de que el Reino de Dios había llegado para la salvación del mundo.

A Jesús lo seguía mucha gente que lo conocía. Otros, que no lo conocían es de imaginar que se acercaban donde estaba para escucharlo predicar y ver si lo que decían de aquel Maestro era cierto y no exageraban sus discípulos.

Característico del seguimiento de Jesús es que lo hacían algunas de personas que habían sido objeto de curación por parte del Hijo de Dios. Así agradecían, sirviéndolo, el favor que les había hecho y mostraban, también, su fe y confianza en el Maestro.


JESÚS, los que te siguen lo hacen porque quieren y porque te quieren. Ayúdanos a seguirte con ganas de ser como Tú quieres que seamos.





Eleuterio Fernández Guzmán


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