Lunes VI de Pascua
Jn 15,26—16,4
“En aquel tiempo, Jesús habló así a sus
discípulos: ‘Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el
Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí. Pero
también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio.
Os he dicho esto para que no os escandalicéis. Os expulsarán de las sinagogas.
E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a
Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he dicho
esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho’".
COMENTARIO
Jesús, que siempre cumple lo que
promete, les dice a los que le podían escuchar, que les iba a enviar al Espíritu
Santo, al Paráclito, al Defensor. Procede, dice, del Padre porque es una de las
Personas de la Santísima Trinidad.
Jesús les encomienda, nos encomienda,
que seamos testigos, que demos testimonio de Él en el mundo donde vivimos y
donde nos movemos. Allí, cada cual en su lugar, con su forma de ser y de hacer
ha de mostrar que es discípulo de Cristo.
Jesús avisa sobre algo que hay que
tener siempre en cuenta: la persecución hacia su Iglesia está más que
asegurada. Por eso, ante unas situaciones que pueden ser consideradas difíciles,
debemos recordar que el Paráclito siempre está con nosotros.
JESÚS, muchas
veces dijiste lo que iba a pasar para que los que te oyeron, creyesen. Nosotros,
sin embargo, más bien parece que no es escuchamos mucho.
Eleuterio Fernández Guzmán
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