Sábado XIX del tiempo ordinario
Mt 19, 13-15
“En aquel tiempo, le presentaron a
Jesús unos niños para que les impusiera las manos y orase; pero los discípulos
les reñían. Mas Jesús les dijo: ‘Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo
impidáis porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos’. Y,
después de imponerles las manos, se fue de allí".
COMENTARIO
En el tiempo en el que Dios se hizo
hombre y habitó entre nosotros tanto las
mujeres como los niños no eran tenidos en consideración porque se les
consideraba un tipo de personas que no contaban para casi nada. Jesús también
viene a cambiar eso.
Los discípulos alejan a los niños del
Maestro porque creían que le molestaban. Sin embargo, el Hijo de Dios sabía que
los niños tenían, tienen, la llave para entrar en el definitivo Reino de Dios
como se tiene que entrar.
El niño sabe que depende del todo de
sus padres y, por eso mismo, confía en ellos y se sabe seguro cuando está con
ellos. Algo así quiere Dios de nosotros: que confiemos ciegamente en Quien nos
creó y que nos abandonemos a su
voluntad. Por eso hay que ser como niños para que el Reino de los Cielos sea
nuestro.
JESÚS, sabes que los niños tienen el
corazón no corrompido por el deseo de tener y que son porque quieren ser
francos. Eso buscas en nosotros y eso mismo es lo que te negamos la mayoría de
las veces.
Eleuterio Fernández Guzmán
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