2 de julio de 2012

Seguir a Cristo supone esto





Lunes XIII del tiempo ordinario

Mt 8,18-22

“En aquel tiempo, viéndose Jesús rodeado de la muchedumbre, mandó pasar a la otra orilla. Y un escriba se acercó y le dijo: ‘Maestro, te seguiré adondequiera que vayas’. Dícele Jesús: ‘Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza’. Otro de los discípulos le dijo: ‘Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre’. Dícele Jesús: ‘Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos’”


COMENTARIO

Es cierto que muchos de los querían seguir a Jesús lo hacían porque no conocían, en realidad, la vida que llevaba y que no era, precisamente, llena de riquezas o de mundanidades. Lo seguían sin saber lo que les esperaba.

Cada cual tiene lo que las circunstancias de la vida le ponen ante su realidad. Así, las aves tienen lo que Dios les da y el ser humano lo que se procura. Pero el Hijo del Hombre no tenía, como dice Cristo, ni siquiera un lugar donde descansar porque toda su vida la daba al prójimo que lo necesitaba.

Seguir a Cristo suponía, y supone, no mirar hacia atrás o, lo que es lo mismo, olvidarse de la vida que se había llevado hasta entonces. Quien no quería cambiar su corazón y dejarlo de tener de piedra estaba, para el Reino de Dios, muerto y, por eso mismo, Jesús recomienda que, quien no se convierta es mejor que siga como quería seguir su vida.


JESÚS,  seguir supone hacer sacrificios mundanos porque el mundo y Dios no suelen ir de la mano. Sin embargo, en demasiadas ocasiones preferimos al mundo a Ti y, así, al Creador.



Eleuterio Fernández Guzmán


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