Mt 13, 47-53
"Jesús
dijo a la multitud: 'El Reino de los Cielos se parece a una red que se
echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los
pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en
canastas y tiran lo que no sirve. Así sucederá al fin del mundo: vendrán
los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para
arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de
dientes. ¿Comprendieron todo esto?' 'Sí', le respondieron.
Entonces agregó: 'Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo'”.
COMENTARIO
Ciertamente,
el Hijo de Dios, a lo largo de sus años de predicación, dedicó mucho
tiempo a advertir. Si, a advertir a sus discípulos de aquello que no
debían hacer o, mejor, del camino que debían tomar sus vidas si es
querían un buen final para las mismas... para su después...
En
diversas ocasiones habla Jesucristo de rechinar de dientes. Y es que se
refiere, directamente, al Infierno aunque entonces así no se llamara por
más que hoy día entendemos a la perfección a qué se refería.
Jesucristo
habla de peces buenos y peces malos. A nosotros nos conviene no ser de
los malos pues, cuando vengan a separar unos de otros, es cierto y
verdad el destino de los bueno y de los malos. Y, creemos, nada más hay
que decir a tal respecto.
JESÚS, danos fuerza para no ser de los peces malos...
Eleuterio Fernández Guzmán
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