3 de septiembre de 2022

El Hijo del hombre

Lc 6, 1-5



Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían.

Algunos fariseos les dijeron: ‘¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?’


Jesús les respondió: ‘¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?’


Después les dijo: ‘El Hijo del hombre es dueño del sábado’.


COMENTARIO


Ciertamente, aquellos que no querían para nada al Hijo del hombre aprovechaban cualquier ocasión para ponerlo en evidencia o, al menos, para que tuviera que defender su posición. Y el caso del sábado era una oportunidad que no iban a desaprovechar. Lo que ignoraban era el resultado de su acusación...

En sábado, según los preceptos creados a lo largo de los siglos, no se podían hacer muchas actividades Y aquello, coger espigas, tampoco se podía hacer. Y ellos creyeron oportuno hacérselo saber a Jesucristo aunque no con buena intención...

El Hijo de Dios, sin embargo, les revela algo muy importante que deberían haber comprendido: Él es el Hijo del hombre recogido en la Santa Escritura y, como es de suponer, es más que el sábado. Por eso sus discípulos hacían lo que hacían.


JESÚS, gracias por dejar las cosas claras para que nadie se lleve a engaño.



Eleuterio Fernández Guzmán

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