“14 Después que Juan fue
entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: 15 ‘El tiempo se ha cumplido y el Reino de
Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva.’» 16 Bordeando el mar de
Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de
Simón, largando las
redes en el mar, pues eran pescadores. 17 Jesús les dijo: ‘Venid conmigo, y os
haré llegar a ser pescadores de hombres.’ 18 Al instante, dejando las redes, le
siguieron. 19 Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y
a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes;
20 y al instante los
llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se
fueron tras él.”
COMENTARIO
El
Hijo de Dios, que bien sabía que lo era, reconoce aquel momento como crucial.
El caso es que han apresado a Juan, su primo y su Bautista. Sabe, entonces, que
debe cumplir con la misión para la que había sido enviado y no va a defraudar a
su Padre del Cielo.
Lo
que dice Jesucristo no es que sea algo extraordinario sino el cumplimiento de
la voluntad de Dios. Por eso dice que ha llegado el tiempo que todos estaban
esperando. Y predica la conversión, especialmente la de los corazones.
Algunos
que escuchan lo que dice aquel Maestro, seguramente, no responden. Siguen en su
mundo. Pero los hay que, como los Zebedeos, responden que sí a Cristo, lo dejan
todo y le siguen.
JESÚS, danos
fuerza para seguirte y no desfallecer.
Eleuterio Fernández Guzmán
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