MT 20, 1-16
‘Es que nadie nos ha contratado.” Díceles: ‘Id también vosotros a la viña.’ 8 Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: ‘Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros.’ 9 Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. 10 Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno.11 Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario, 12 diciendo: ‘Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor.’ 13 Pero él contestó a uno de ellos: ‘Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? 14 Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. 15 ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?’.
16 Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos.’”
COMENTARIO
Resulta curioso, pero normal, que haya quien se
pueda sentir disgustado por el bien ajeno como les pasa a los trabajadores que
han trabajado todo el día. Sin embargo, ellos han recibido el salario prometido
y no hay razón para que manifiesten su disgusto de tal forma.
Aquel contratista había cumplido con lo pactado con
los trabajadores que había contratado y, a lo mejor, se había apiadado de
aquellos que, de no ser por él, no habrían llevado nada a su casa para comer. Y
habían esperado pacientemente la llegada de su salvación.
El Hijo de Dios lo dice muy bien: los últimos serán
los primeros por ser los más perjudicados; los primeros, por haber sido los más
agraciados, ya han disfrutado de su gracia en el mundo.
JESÚS, gracias por decir las cosas como tienen que ser
dichas.
Eleuterio Fernández Guzmán
No hay comentarios:
Publicar un comentario